En muchas ocasiones el problema ortodóncio no reside en los dientes si no en la posición o el tamaño inadecado de los huesos faciales, donde se sustentan (maxilar superior y mandíbula). En estos
casos, cuando el paciente está aún en periodo de creciemiento se puede intentar mejorar la situación por medio de tratamiento ortodóncico-ortopédico.
Una vez finalizado el periodo de crecimiento (Aproximadamente 12-14 años en niñas y 15-18 en niños), si persiste dicho problema sólo hay dos vías de afrontarlo:
- Realizar un tratamiento ortodóncico-quirúrgico (Ortognático) que sitúe los huesos en la posición adecuada, para que de este modo el tratamiento ortodóncico pueda conseguir una oclusión
correcta y en la mejores condiciones.
- Si el paciente no aceptase someterse al tratamiento quirúrgico, los objetivos de la ortodoncia serán limitados, tratando el ortodoncista de compensar en lo posible la malposición ósea, por
medio de movimientos dentarios compensatorios.